Un partidazo plagado de emociones ofrecieron este sábado San Lorenzo y Newell´s en Rosario. El 3-3 final y los dos expulsados reflejan desde las estadísticas los matices que abundaron en un desarrollo que culminó con un sabor muy amargo para el Ciclón, que supo saborear una punta que parecía asegurada y vio cómo se le escapaba ante su propia impotencia. 

Los huecos en el fondo local fueron bien aprovechados de entrada por el Azulgrana en tres jugadas seguidas. En la primera, Andrés Silvera avisó pero tapó Sebastián Peratta. La segunda, a los siete, fue gol. Gonzalo Bergessio habilitó a Pablo Barrientos, que se le escapó a Gastón Machín, hizo la diagonal hacia la derecha y definió con un tiro débil y bajo.

Poco más había sucedido cuando una nueva llegada evidenció los problemas en el fondo leproso y estiró diferencias. El desequilibrante Barrientos atropelló entre todos, remató solo frente a Peratta, el arquero reaccionó tarde y la pelota pegó en su mano sin resignar su destino de red. 

Pero después el trámite se puso áspero y se emparejó. Newell´s empezó a intentar una reacción, aunque abusaba del pelotazo estéril al Ogro Fabbiani. Sin embargo, con el correr de los minutos, los rosarinos se pusieron más finos, se adelantaron con más gente y comenzaron a complicar. Leonel Vangioni sorprendió tras un córner y tapó Agustín Orión y luego tuvo un remate alto. Fabbiani también probó con un tiro lejano que se topó con el arquero. 

El inicio del complemento volvió a demostrar que Newell´s se merecía por lo menos un descuento. El equipo de Fernando Gamboa dominaba el pleito y así no sorprendió que a los 12 Fabbiani se escapara de su marca afuera del área y anotara con un tiro bajo y a la izquierda de Orión. Y enseguida, a los 15, Juan Manuel Torres se fue expulsado. 

Así, cuando parecía que el panorama se oscurecía para la visita, Pablo Lunati se equivocó: compró un penal inexistente de Peratta sobre Adrián González y el mismo González se encargó de convertirlo a los 21 con un disparto a la derecha del arquero.

Pero el encuentro estaba lejos de su definición. Es más, había entrado ya en un ida y vuelta frenético de situaciones llenas de incertidumbre. En cinco minutos, Juan Insaurralde fue amonestado y expulsado pero, también con diez, Newell´s consiguió hacer daño a los 34: tras un centro desde la derecha, el balón pegó en Orión, en el travesaño y Vangioni la empujó en el segundo palo. 

San Lorenzo no reaccionaba, se refugiaba atrás y dejaba que los rosarinos continúen como protagonistas del juego. Por último, a los 39, hubo un córner desde la derecha, sacaron la pelota en la línea y Fabbiani avanzó cometiendo foul, mandó el centro para Germán Ré y éste la empujó a la igualdad y al delirio local. Un nuevo error del árbitro había influido en el resultado, pero esta vez para el otro lado. 

La emoción se extendió hasta el final pero no hubo más cambios en el marcador. El vendaval terminó con el pitazo postrero y toda la alegría fue de Newell´s, cuya perseverancia encarnada en un Fabbiani disminuido físicamente pero vital se había llevado como premio un empate impensado. San Lorenzo se fue del Coloso lleno de dudas: las propias, y las que lo obligan a mirar preocupado el partido de Boca de mañana. Aunque por ahora siga en la punta.