Independiente 0 River 1

Y un día volvió a sonreír. Le costó horrores, sufrió penurias y hasta conoció la humillación de encontrarse en la peor versión de su historia. River le dijo adiós a la yeta justo 13 partidos después (su anterior triunfo había sido ante Central, en la segunda fecha). Lo sufrieron Independiente y sus enormes problemas. Fue un 1-0 tan trabajoso como merecido. Valió tres puntos y una gran tranquilidad. 

River encontró el mejor rival para escaparle a su presente negro: un Independiente que además de pesarle su adverso historial contra los muchachos de la banda roja, se mostró híbrido, apático, con poco resto físico, sin ideas en ataque y con graves falencias en el fondo. Al equipo conducido ahora por Gabriel Rodríguez le bastó con la actitud de siempre y un rapto de inspiración de algunos intérpretes que hacía tiempo no destellaban, como Augusto Fernández, quien jugó un gran primer tiempo, dañando las espaldas de Mareque y gestando las chances más nítidas de River en ataque. También hubo algunos fulgores en Abelairas y hasta Tuzzio, que venía muy bajo, levantó su nivel. 

River fue un merecido ganador al punto de transformar a Assmann -arquero de Independiente- en la figura del atractivo encuentro. Sin embargo, resaca de sus últimas desgracias, la visita padeció algunas zozobras en el tramo final del encuentro, cuando Montenegro desenfundó su arma en la media y la larga distancia y sacó un disparo que se estrelló contra el poste, otro que exigió a Vega y uno más que se fue apenas desviado. El Rolfi además se perdió el empate en un cabezazo y Núñez, en una pelota parada y su único remate al arco (justo su mayor virtud) en todo el encuentro, también le quemó las manos al arquero, clave para defender los ansiados tres puntos. 

La visita fue más desde el vamos. Corrió la zona media siempre de frente y la transitó a mayor velocidad que un Independiente descompensado. En el marco de un desarrollo de ida y vuelta, River se paró mejor, reposó su superioridad en Augusto Fernández y Abelairas, capitalizó los serios errores que acusó el fondo local y dispuso de varias oportunidades para romper el cero en esa etapa inicial. Falcao perdió dos mano a mano (y uno más en el complemento) con Assmann, que además le abortó un remate de zurda desde afuera del área. El uruguayo Flores, de flojo partido, también tuvo una y la despilfarró. 

Por el contrario, Independiente casi no generó situaciones de gol en ese lapso. Apenas un toque sutil de Pusineri a la carrera exigió a Vega. Lo demás, muy pobre. Los cambios no fueron solución y las ocasiones que tuvo el equipo de Santoro en el tramo final no son paliativos de su paupérrima actualidad. Independiente redondeó otro partido malo, más allá de algunos arrestos voluntariosos en el complemento. Todos fueron puntos flacos, en ataque y en defensa. Sólo Assmann -evitó una caída por un margen mayor- y Montenegro -protagonista de casi todos los ataques del local, aunque sin alcanzar un buen nivel- se salvaron del incendio. 

River encontró el gol en el complemento, merced a un buen cabezazo de Falcao, quien anticipó al uruguayo Rodríguez en el primer palo tras un tiro de esquina ejecutado por Abelairas. Después, el entrenador interino reagrupó con acierto las fuerzas en el mediocampo y la visita supo defenderse. Así embolsó tres puntos y una gran tranquilidad.

Fuente:www.tycsports.com
Futbol de Primera

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