Boca 1 Banfield 0
Boca siempre tiene un plus. Si los mejores tienen una jornada con grises y la parada está brava, el equipo de la Ribera puede igualmente encontrar el camino hacia la victoria. Ni Riquelme, Viatri ni Noir: esta vez, el as bajo la manga fue Mouche, quien ingresó en el complemento y con una intervención tan fugaz como decisiva le permitió al elenco de Ischia embolsar tres puntos de oro en la pelea por el título.
No se puede hablar de una buena actuación de Boca, teniendo en cuenta que regaló un tiempo, no tuvo figuras destacadas (Cáceres y Vargas, con poco, fueron los mejores) y lo ganó por carácter y un divisible aporte individual, más que por un rendimiento sostenido. No obstante, con el transcurrir del complemento se veía que la visita podía llevarse todo el botín. Y así fue, nomás.
El primer tiempo fue soporífero, ideal para matizar la siesta de la tarde. En el marco de un desarrollo parejo, en el que ninguno de los dos logró ejercer el dominio, Banfield fue un poco más incisivo. De movida anunció con un desborde de Cristian García que tapó su homónimo arquero de Boca y en el rebote se lo perdió Civelli. El volante de Banfield tuvo otra chance en un contragolpe que definió con un zurdazo que se fue apenas desviado, mientras Víctor López cabeceó apenas por encima del travesaño tras una mala salida de Javier García.
¿Boca? Poco y nada. Riquelme casi no la agarró, no tuvo socios y los delanteros estuvieron fuera de sintonía. La producción futbolística del equipo de Ischia resultó muy pobre en el primer tiempo, a punto tal que Bologna (reemplazó al lesionado Lucchetti en el arco de Banfield) no fue exigido durante ese lapso.
Recién en el segundo tiempo se sacudieron las modorras y hubo más emociones. Se dio en simultáneo con la mejora de Boca. Levantó Riquelme, Dátolo fue más vertical y Viatri tuvo más actividad. En tres minutos, la visita hizo más que en la totalidad de la primera parte. Riquelme midió a Bologna con un disparo a colocar, Viatri resolvió mal tras una buena habilitación del 10 y Nasuti le ahogó el grito al reemplazante de Palermo luego de un desborde de Dátolo. Boca despertaba.
Mientras tanto, a Banfield ya le llegaba la factura del gasto realizado en el primer tiempo, carecía de profundidad y extrañaba horrores a Bertolo. Sus recursos se redujeron a alguna pelota quieta que buscara un cabezazo salvador, merced a la amenazante presencia de Barrales.
Del lado de Boca, Dátolo tuvo una oportunidad inmejorable tras una precisa combinación entre Riquelme y Viatri, pero definió muy mal. No obstante, se advertía que Boca tenía las mejores perspectivas, que estaba firme atrás con Cáceres, que Vargas aportaba equilibrio y que Riquelme lucía más enchufado. Sólo le faltaba la llave, un arma de desequilibrio adicional. Ischia buscó en el banco y la encontró. La partido y sus circunstancias le pedían a Gaitán, quien ingresó y tuvo buenas intervenciones, pero el encargado de definir el partido fue Mouche. A 11 minutos del final, el delantero recibió por izquierda, encaró en diagonal hacia el arco, dejó en el camino a Nasuti y rompió el cero con un zurdazo al primer palo, tras una floja respuesta de Bologna. Y a Boca le alcanzó para festejar.
Fuente:www.tycsports.com
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