Racing 0 Godoy Cruz 1
Si Racing no jugó bien, al menos no mereció perder. Sin embargo cayó sobre la hora y contra un rival directo en la pelea por la permanencia, por si fuera poco. Cuando parecía que el equipo de Llop sacaba una mano del pozo y volvía a creer, padeció sus acostumbrados males y otra vez se quedó sin nada. Godoy Cruz, que casi se dejó sorprender por una definición a favor, aprovechó y sumó su primer triunfo en Mendoza.
A esta altura no es consuelo, pero Racing no cayó penosamente como en otras oportunidades. Fue una derrota que dolió, pero los de Avellaneda saben que deben seguir transitando este camino. Saben que deben insistir con esa positiva conducta de plantear los partidos en campo contrario, presionando, con la juventud y las ganas de sus pibes casi como ideología futbolera. Sabe que debe continuar sin miedo a ganar. Y si el resultado le da la espalda, morir en la ley propia, levantarse y seguir.
No obstante, los males de Racing son identificables en una primera mirada y sufre demasiado a cuenta de ellos: suele faltarle profundidad y, cuando no, definición. Es endeble atrás, por supuesto. Y sobre todo, no tiene suerte. En el primer tiempo, a través de Lucero en dos oportunidades, más una de Moralez, el equipo de Llop dispuso de tres chances nítidas que no supo concretar. Y en el complemento, cuando se cansó y se exhibió sin ideas, Caballero y Moralez también desperdiciaron ocasiones claras.
Entre dos equipos con problemas defensivos salió un encuentro con mucho riesgo sobre ambos arcos. Los dos expusieron con claridad un único objetivo: audacia para buscar los tres puntos. Mientras Racing se esforzó en capitalizar el impulso futbolístico y anímico de las fechas anteriores, Godoy Cruz se mostró envalentonado por el punto que sobre la hora le robó a San Martín en Tucumán y exhibió empeño para buscar su primer triunfo en Mendoza. Los dos propusieron y jugaron con la mente puesta en el arco de enfrente. Entonces, las limitaciones y ausencias de recursos por parte de ambos produjeron un desarrollo atractivo, de ida y vuelta, pese a que el gol recién llegó sobre el final del partido y merced a una pelota parada. El autor fue Figueroa, quien bajo la complicidad de una defectuosa respuesta de Martínez Gullotta, embocó un tiro libre que llevaba forma de centro.
Si bien no mereció ganar, Godoy Cruz dispuso de varias chances para convertir a raíz de las falencias defensivas de Racing. Así hasta había transformado en figura a Gullotta. Antes del gol, el arquero de Racing le abortó sendos mano a mano a Borghello y entre Figueroa y Aguirre marraron increiblemente otra ocasión. Por el gol y haberse mostrado incisivo y peligroso, el conductor de Godoy Cruz se quedó con el premio a la figura del encuentro.
Parecía que el cero iba a confirmar su gobierno en la soleada tarde mendocina, pero una bola casi perdida por el aire y la falla de Gullotta amargaron a Racing y le dibujaron una sonrisa a Godoy Cruz. Resultó agónico y en parte injusto. Resultó un mal clásico en Racing.
Fuente:www.tycsports.comA esta altura no es consuelo, pero Racing no cayó penosamente como en otras oportunidades. Fue una derrota que dolió, pero los de Avellaneda saben que deben seguir transitando este camino. Saben que deben insistir con esa positiva conducta de plantear los partidos en campo contrario, presionando, con la juventud y las ganas de sus pibes casi como ideología futbolera. Sabe que debe continuar sin miedo a ganar. Y si el resultado le da la espalda, morir en la ley propia, levantarse y seguir.
No obstante, los males de Racing son identificables en una primera mirada y sufre demasiado a cuenta de ellos: suele faltarle profundidad y, cuando no, definición. Es endeble atrás, por supuesto. Y sobre todo, no tiene suerte. En el primer tiempo, a través de Lucero en dos oportunidades, más una de Moralez, el equipo de Llop dispuso de tres chances nítidas que no supo concretar. Y en el complemento, cuando se cansó y se exhibió sin ideas, Caballero y Moralez también desperdiciaron ocasiones claras.
Entre dos equipos con problemas defensivos salió un encuentro con mucho riesgo sobre ambos arcos. Los dos expusieron con claridad un único objetivo: audacia para buscar los tres puntos. Mientras Racing se esforzó en capitalizar el impulso futbolístico y anímico de las fechas anteriores, Godoy Cruz se mostró envalentonado por el punto que sobre la hora le robó a San Martín en Tucumán y exhibió empeño para buscar su primer triunfo en Mendoza. Los dos propusieron y jugaron con la mente puesta en el arco de enfrente. Entonces, las limitaciones y ausencias de recursos por parte de ambos produjeron un desarrollo atractivo, de ida y vuelta, pese a que el gol recién llegó sobre el final del partido y merced a una pelota parada. El autor fue Figueroa, quien bajo la complicidad de una defectuosa respuesta de Martínez Gullotta, embocó un tiro libre que llevaba forma de centro.
Si bien no mereció ganar, Godoy Cruz dispuso de varias chances para convertir a raíz de las falencias defensivas de Racing. Así hasta había transformado en figura a Gullotta. Antes del gol, el arquero de Racing le abortó sendos mano a mano a Borghello y entre Figueroa y Aguirre marraron increiblemente otra ocasión. Por el gol y haberse mostrado incisivo y peligroso, el conductor de Godoy Cruz se quedó con el premio a la figura del encuentro.
Parecía que el cero iba a confirmar su gobierno en la soleada tarde mendocina, pero una bola casi perdida por el aire y la falla de Gullotta amargaron a Racing y le dibujaron una sonrisa a Godoy Cruz. Resultó agónico y en parte injusto. Resultó un mal clásico en Racing.
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