Gimnasia de Jujuy que mereció mejor suerte, pero que sucumbió ante los gritos del correntino.

Desde el vamos, Gimnasia demostró que llegaba al Sur con la intención de ganar. De hecho tuvo la primera clara, en una aparición de Carranza, cuya definición se fue por encima del travesaño. Lanús contestó con el activo Biglieri, pero el primer acierto fue para la visita con un zurdazo bajo y esquinado de Carranza que marcó el inicio de una noche donde el gol se hizo presente.

Inmediatamente después, Carranza volvió a aparecer y Gimnasia a gritar. Esta vez el zurdo se lo concedió a Pieters quien no falló en una escalada por la derecha. Por ese entonces, Lanús era una sombra y parecía no tener reacción. Sin embargo, estaba Sand que hasta encontró con la camiseta granate la cuota de azar que tan esquiva le fue otrora.

El goleador giró e intentó pegarle al arco o tirar un centro, sólo el lo sabe, lo cierto es que rebote en Loeschbor mediante, la pelota se coló por detrás de Fernández y Lanús se iba al descanso a tiro en el marcador.

Dos minutos después del descanso, Sand volvió a aparecer, esta vez con una definición de manual junto a un palo en un inocente descuido de la defensa jujeña. Carranza (el Sand jujeño) volvió a coquetear con el gol, pero esta vez el travesaño se lo negó.

El partido se había tornado electrizante, pero apareció una polémica. Sand la bajó de pecho en el área y Acuña lo marcó con contacto. El goleador se dejó caer y Maglio cobró el dudoso penal que el correntino no falló.

Esta no iba a ser la única polémica de la noche. Cuando Lanús se acercaba a dar el golpe de gracia, Maglio expulsó a Valeri por una simulación y en el final Gimnasia apretó, pero no le alcanzó para llevarse aunque sea un punto.

Sand se llevó su ovación y a fuerza de goles transformó lo que pintaba para una noche de abucheos e insultos en un triunfo tranquilizador.