San Martín de Tucumán sumó un nuevo capítulo a la novela de ensueño que empezó a escribir desde hace cuatro años, cuando aún militaba en la liga provincial. En el esperado retorno oficial a Primera División después de 15 temporadas, construyó una notable actuación e inauguró el Apertura con un nítido triunfo sobre Huracán, que mostró muy poco.

El equipo de Roldán fue mucho más y resolvió el trámite en un ratito durante el primer tiempo. Sólo habían transcurrido 13 minutos cuando dos de los refuerzos se asociaron para la apertura del marcador. Solana envió un centro bombeado desde la derecha y Turdó apareció por el centro para meter un cabezazo certero, de pique al suelo, junto al palo de Limia, quien nada pudo hacer.

A Huracán le costó mucho asimilar el golpe y San Martín se agrandó. Ocasionales anfitriones en la cancha de Atlético, mientras finalizan las remodelaciones en La Ciudadela, los tucumanos lograron que las acciones de juego se desandaran en el terreno más conveniente. Cada vez que se propusieron jugar por abajo fueron más claros y profundos que el cuadro conducido por Ubeda. Y cuando se decidieron a esperar defendieron con solidez y maniataron a su rival.

San Martín ya era muy superior cuando alcanzó el segundo gol, con la inestimable ayuda de una carambola. Turdó volvió a ganar por lo alto a la salida de un tiro de esquina, la pelota rebotó en Monge y descolocó a Limia.

Con una buena ventaja a favor, en el complemento San Martín concentró sus energías en la faz defensiva, mientras Huracán navegó en un mar de inexpresividad. Leandro Díaz se adelantó unos metros para acompañar al pibe pastore en la gestación, pero la visita casi siempre se repitió en centros que no colocaron en aprietos a San Martín. Ubeda sumó delanteros, pero no hubo caso. Un cabezazo de Barcos y un mano a mano de Casartelli, ambos bien resueltos por Gutiérrez, fueron el registro total de las jugadas de riesgo generadas por Huracán.

Llegó el final y San Martín dibujó una sonrisa enorme. La apuesta es clara: seguir en Primera. Y allá va...