River 1 Gimnasia j 0
Sobrevolaban insultos en el Monumental. River no gustaba, no ganaba y obviamente no goleaba al modesto y necesitado Gimnasia (J). Pero en el segundo tiempo ingresó Marcelo Gallardo y empezó a conducir. En la primera pelota que tocó, habilitó a Falcao y el colombiano decretó el 1-0 final. Fue triunfo. Algo de paz en Núñez.
El conjunto millonario ingresó al campo de juego y fue recibido de manera indiferente. No hubo silbidos, tampoco aplausos. Los hinchas cantaban y soñaban con un cambio de actitud tras la eliminación de la Copa Libertadores. Eso fue en el arranque, en los primeros 15 minutos. Muy distinta fue la historia con el cierre de la primera etapa. Muy parecida a la de los últimos tiempos.
Sucede que el equipo de Néstor Gorosito se hizo de la pelota con el pitazo inicial de Brazenas y empezó a buscar el arco contrario con las subidas de Ferrari y los desbordes de Rosales, que llegaron en cuentagotas. A los 13, en su único intento exitoso, Falcao ganó entre los centrales y forzó una excelente reacción de Pezzutti. A partir de allí, más de lo mismo de este pobre River.
Con el correr de los minutos, perdió la poca prolijidad del comienzo y empezó a chocar contra el frontón que propusieron los jujeños. Buonanotte se la pasó pidiendo infracciones inexistentes en lugar de manejar al equipo, una tarea que parece quedarle grande, y los laterales se hicieron previsibles. Con los insultos, el Millonario se perdió aún más. Todo desorden, ninguna idea.
El Lobo, que eligió la contra desde que pisó el Monumental, encontró espacios a partir de los 30. Cabral mostró los mismos inconvenientes de siempre y Villagra se complicó en la mayoría de sus intervenciones. Ferradas casi sorprende con un cabezazo y Busse, con un terrible zapatazo que se fue cerca, tuvo la más clara. Gimnasia careció de precisión. De otra manera, hubiese herido.
¡Muñeco, Muñeco! Pese al pedido mancomunado del pueblo millonario, Gorosito eligió a Barrado para el arranque del complemento. Pero nada cambió. River siguió sin encontrarle la manija al partido y los silbidos volvieron a cubrir Núñez. A Pipo no le quedó otra: sacó a Rosales y mandó a la cancha a Gallardo, quien no tardo en ponerse el traje de protagonista.
A los 13, un minuto después de ingresar al partido, el diez la tomó en el circulo central, recorrió cinco metros y, con toda la defensa jujeña retrocediendo, la puso en cortada para la llegada de Falcao, quien se acomodó de zurda y decretó con suspenso el 1-0. El Tigre se descargó contra la platea, en un claro grito de guerra. Descarga general.
Con el gol y las pinceladas del Muñeco, creció River. No se transformó en un equipo contundente, veloz y efectivo, como el que se espera, pero tuvo más movilidad y generó algunas chances claras. Gallardo aportó cosas fundamentales: toques de primera, cambios de frente y siempre fue opción de pase para Ahumada. En definitiva, se cargó el equipo al hombro y fue la figura.
El Millonario también estuvo más firme en el fondo, aunque tampoco fue una misión difícil. Pese ala derrota, Gimnasia nunca soltó a sus mediocampistas y apenas atacó con tres hombres. River, en cambio, pudo ampliar la diferencia. A los 20, Falcao perdió en un mano a mano con Pezzutti, quien cuatro más tarde perdió la cabeza, le tiró un pelotazo a un alcanza pelota y se fue bien expulsado.
Entró Nereo Fernández y tuvo trabajo. El uno le tapó un tiro libre a Gallardo, controló una zapatazo de Buonanotte, quien levantó un poco su nivel, y evitó el segundo de Falcao sobre el final. River ganó 1-0 y sigue dando pelea en el campeonato.
El conjunto millonario ingresó al campo de juego y fue recibido de manera indiferente. No hubo silbidos, tampoco aplausos. Los hinchas cantaban y soñaban con un cambio de actitud tras la eliminación de la Copa Libertadores. Eso fue en el arranque, en los primeros 15 minutos. Muy distinta fue la historia con el cierre de la primera etapa. Muy parecida a la de los últimos tiempos.
Sucede que el equipo de Néstor Gorosito se hizo de la pelota con el pitazo inicial de Brazenas y empezó a buscar el arco contrario con las subidas de Ferrari y los desbordes de Rosales, que llegaron en cuentagotas. A los 13, en su único intento exitoso, Falcao ganó entre los centrales y forzó una excelente reacción de Pezzutti. A partir de allí, más de lo mismo de este pobre River.
Con el correr de los minutos, perdió la poca prolijidad del comienzo y empezó a chocar contra el frontón que propusieron los jujeños. Buonanotte se la pasó pidiendo infracciones inexistentes en lugar de manejar al equipo, una tarea que parece quedarle grande, y los laterales se hicieron previsibles. Con los insultos, el Millonario se perdió aún más. Todo desorden, ninguna idea.
El Lobo, que eligió la contra desde que pisó el Monumental, encontró espacios a partir de los 30. Cabral mostró los mismos inconvenientes de siempre y Villagra se complicó en la mayoría de sus intervenciones. Ferradas casi sorprende con un cabezazo y Busse, con un terrible zapatazo que se fue cerca, tuvo la más clara. Gimnasia careció de precisión. De otra manera, hubiese herido.
¡Muñeco, Muñeco! Pese al pedido mancomunado del pueblo millonario, Gorosito eligió a Barrado para el arranque del complemento. Pero nada cambió. River siguió sin encontrarle la manija al partido y los silbidos volvieron a cubrir Núñez. A Pipo no le quedó otra: sacó a Rosales y mandó a la cancha a Gallardo, quien no tardo en ponerse el traje de protagonista.
A los 13, un minuto después de ingresar al partido, el diez la tomó en el circulo central, recorrió cinco metros y, con toda la defensa jujeña retrocediendo, la puso en cortada para la llegada de Falcao, quien se acomodó de zurda y decretó con suspenso el 1-0. El Tigre se descargó contra la platea, en un claro grito de guerra. Descarga general.
Con el gol y las pinceladas del Muñeco, creció River. No se transformó en un equipo contundente, veloz y efectivo, como el que se espera, pero tuvo más movilidad y generó algunas chances claras. Gallardo aportó cosas fundamentales: toques de primera, cambios de frente y siempre fue opción de pase para Ahumada. En definitiva, se cargó el equipo al hombro y fue la figura.
El Millonario también estuvo más firme en el fondo, aunque tampoco fue una misión difícil. Pese ala derrota, Gimnasia nunca soltó a sus mediocampistas y apenas atacó con tres hombres. River, en cambio, pudo ampliar la diferencia. A los 20, Falcao perdió en un mano a mano con Pezzutti, quien cuatro más tarde perdió la cabeza, le tiró un pelotazo a un alcanza pelota y se fue bien expulsado.
Entró Nereo Fernández y tuvo trabajo. El uno le tapó un tiro libre a Gallardo, controló una zapatazo de Buonanotte, quien levantó un poco su nivel, y evitó el segundo de Falcao sobre el final. River ganó 1-0 y sigue dando pelea en el campeonato.
Fuente:www.tycsports.com
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