Racing descubrió este domingo en el Cilindro la mejor cara de su fútbol. El encanto de actitud, sacrificio y velocidad duró un tiempo -el primero- pero, merced a los escasos orden e ideas de San Lorenzo, bastó para luego neutralizar el marcador y terminar derrotando por 2-1 al líder del Torneo Apertura. 

La actitud con la que el conjunto de Juan Manuel Llop salió a disputar el encuentro fue un presagio de lo que seguiría. Su empuje ofensivo obligó a Cristian Ledesma a cometer una falta digna de expulsión pero, claro, como lo hizo antes del minuto de juego no mereció ni siquiera la amonestación. 

Enseguida, al minuto, una gran jugada de Maximiliano Moralez terminó en una exquisita habilitación de Pablo Lugüercio a Adrián Lucero, quien desde la izquierda remató al primer gol de la tarde.

Justamente, Morales y Lugüercio fueron los hombres más peligrosos del local. El primero complicó por todos lados y el ex Estudiantes se destacó unos metros más atrás de su posición de delantero, con lúcidas habilitaciones.

Maxi Moralez fue el que, a los 18, encaró a Nicolás Bianchi Arce por la izquierda y se dejó caer. Gabriel Brazenas fue presa de su trampa y cobró un penal para que el mismo Moralez convierta en gol con un tiro a la derecha de Agustín Orión.

Después, si bien el Ciclón intentó adelantarse en el campo, careció de volumen de juego y no creó situaciones netas para descontar. Por el contrario, siguió sucumbiendo atrás frente al ímpetu y la velocidad de La Academia, sobre todo por el sector de Adrián González. 

Y Racing le perdonó la vida: Lucero le quemó las manos a Orión, Gabriel Mercado probó desde lejos y su tiro se fue alto, Moralez tuvo un mano a mano pero le entregó el balón al arquero y Lugüercio también desperdició su chance con un disparo por arriba. 

La segunda mitad fue intensa, aunque contó con más emotividad que fútbol. Santiago Solari, una de las apuestas de Miguel Russo al cabo del entretiempo, generó tibias complicaciones gracias a la pérdida de ritmo del lado local. Porque La Academia sacó el pie del acelerador, retrocedió y cedió por completo el dominio. ¿Y San Lorenzo? Siguió sin brújula y no lo aprovechó. 

El Indiecito avisó primero con un remate que despejaron en la línea y, a los 24, Aureliano Torres descolocó a la defensa con un tiro libre desde la derecha que no pudo ser caabeceado por nadie y terminó picando para ingresar al arco de José Luis Martínez Gullota.

Después, el desarrollo se trasladó al mediocampo y apenas si llegó a los últimos metros con desprolijos intentos. Ya en el epílogo, Moralez apareció con un disparo cruzado que pasó cerca, y Gullota tuvo que salir desesperado a sacarle del buche una pelota a Solari.

El vértigo copó entonces el final del encuentro pero el marcador no se movió. Racing le había puesto pimienta al campeonato y terminaba envuelto en festejos, mientras que a San Lorenzo le quedaron algunos motivos para preocuparse. Y Tigre a apenas dos puntos.