Arsenal 3 Velez 3

Parecía que Vélez lo tenía definido y los atractivos iban a consumirse en ese minuto 33 del primer tiempo, cuando Zapata metió un fierrazo de zurda para el 3-0 y coronó la espectacular ráfaga que se había iniciado con el gol de Juan Manuel Martínez, cuatro minutos antes. Pero Arsenal nunca se rindió, reaccionó y llegó un gol abajo al entretiempo. Lo igualó en la segunda parte, de la mano del Papu Gómez, la figura del partido. La visita lo lamentó y para los locales tuvo sabor a hazaña. Ganó el fútbol, testigo de emociones por doquier e individualidades con brillo en la noche de Sarandí. 

No había pasado mucho cuando Cristaldo puso en ridículo a Matellán sobre la derecha y habilitó con un pase atrás a Martínez para que éste, con un toque sutil y con Cuenca fuera de combate, colocara el 1-0 a los 29. Arsenal no digirió la desventaja y ya estaba dos goles abajo, porque al toque Papa se escapó por izquierda, mandó el centro bajo y Cristaldo, imparable, tocó a la red. Y tres minutos más tarde, Zapata pateó a la salida de un tiro libre, la pelota se desvió en la barrera y descolocó a Cuenca para ampliar las diferencias. 

¿Todo resuelto? No, porque Arsenal suele vender muy caras las derrotas en Sarandí. Tenía tiempo para reaccionar y armas para hacerlo. Y lo hizo, en efecto. Apoyado en el talento de Alejandro Gómez, quien provocó el contagio con sus ganas. Él colocó el centro para la llegada de Matellán por el segundo palo, el cabezazo del defensor y el descuento, que les dio vida a los de Garnero. Y el esmirriado Papu madrugó a todos a la salida de un tiro de esquina ejecutado por Yacuzzi, cabeceó entre los grandotes de Vélez y renovó las expectativas del equipo de cara al complemento. Para la visita fue un golpe muy duro. 

Así fue que el desarrollo transitó de una definición virtual a reabrirse nuevamente cuestión de unos pocos minutos. Había talento y errores, lo cual garantizaba la extensión de las vibraciones. Se equivocó Vélez y Gómez no perdonó: Montoya despejó con los puños justo a la puerta del área grande, donde el Papu detuvo la pelota con el pecho y sacó el disparo seco que entró junto al palo izquierdo. 

Entonces Vélez ingresó en una etapa de desánimo y Arsenal, que ya había conquistado la hazaña, sintió la satisfacción del deber cumplido. Hubo menos energías y la intensidad del juego disminuyó. El final dejó a Vélez con sabor a derrota y Arsenal celebró como si se tratara de un triunfo.
Fuente:www.tycsports.com
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