Basado en su solvencia defensiva, en la velocidad de Leandro Torres, en la potencia de Cristian Fabbiani y en la buena tarea de Hernán Bernardello para recuperar la pelota, Newell´s hilvanó una importante goleada 4-0 ante Argentinos, algo exagerada por el nivel del partido, sobre todo en los primeros 45.

El tamaño del campo de juego del Diego Maradona será siempre tema de discusión y de polémica, aunque al Bicho se le pongan los pelos de punta. Pese a defender a muerte su estadio y haberlo convertido en un especie de fortaleza para muchos, en esta oportunidad le jugó en contra, ya que los constantes pelotazos frontales que propuso el equipo en el primer tiempo murieron una y otra vez en la frente de Rolando Schiavi.

El conjunto conducido por Néstor Gorosito, al no encontrar en Rodrigo Díaz al conductor que necesitaba y al no tener salida por los costados, se repitió en centros y chocó frente a una muralla, que en el primer tiempo apenas sufrió con un débil cabezazo de Pavlovich al techo del arco. Sobre el cierre de la etapa, ya en desventaja, apareció un poco más Ortigoza y el local intentó tocar por abajo, pero se mostró impreciso.

Lo de la Lepra no fue para nada brillante, pero la propuesta fue diferente. En lugar de buscar a Fabbiani con bochazos largos, se hizo ancho con Diego Torres y Leandro Torres, y también probó desde afuera cuando el bicho quedó algo descompensado y se equivocó en los retrocesos. Vangioni intentó desde 30 metros y el balón pasó muy cerca. El Chino Torres también le pegó, tras un muy buen arranque individual, y atragantó a muchos.

Y tras avisar a los 36 con un cabezazo que viajó a las manos de Torrico, Fabbiani aprovechó un par de errores en la defensa de Argentinos, debido al campo mojado, y empujó al gol luego de un buen centro rasante de Diego Torres. Newell´s fue un poco mejor y se fue al descanso en ventaja.

El equipo local se adelantó varios metros con el comienzo del complemento y puso contra las cuerdas a Newell´s, pero siguió siendo muy tibio a la hora de pisar el área rival. No probó desde afuera, no encontró la cabeza de Pavlovich y no logró quebrar a la última línea de la visita, demasiado firme ante tan poca potencia ofensiva.

El conjunto rosarino esperó bien, fue inteligente para salir y aprovechó los espacios. De esta manera, pese a tener menos la pelota, fue mucho más peligroso. A los 13, Fabbiani la pinchó desde la medialuna y su disparo se fue muy cerca. Un minuto más tarde, Vangioni probó y también estuvo a punto de ampliar la diferencia.

La más clara y la única chance para el Bicho, que terminó por derrumbar la moral de todo el equipo, se produjo a los 24, cuando Escudero ejecutó un tiro libre, Peratta dio rebote y Pavlovich, absolutamente solo, remató al pecho del arquero. Para colmo, el ingresado Grazzini tiró un centro desde la derecha, a los 31, y el balón, sin tocar en nadie, se introdujo en el arco de Torrico para el 2-0.

Argentinos se desacomodó por completo, se regaló atrás y el equipo de Fernando Gamboa redondeó una exagerada goleada. A los 35, Schiavi sentenció de penal, luego de una infracción a Ferreyra, y a los 43, Bernardello se proyectó sobre la derecha y la clavó contra un palo para poner cifras definitivas.a