La Paternal es de Argentinos, eso está claro. Allí, se siente cómodo y es inexpugnable. Despacha rivales con facilidad –hoy le tocó a Lanús- y deja puntos que suman, ya no para el promedio, sino para el nuevo objetivo: la Sudamericana, esa copa que ya es palpable.

Desde el vamos, Argentinos fue más. Es que de local sale con otra confianza y lo plasma en la cancha. Esta noche, borró a Lanús y tomó el gasto del partido con un Hauche imparable y un Pereira no menos peligroso. El delantero se mostró desequilibrante cada vez que tomó la pelota y el uruguayo no falló en la primera que tuvo, luego de ser favorecido por un rebote.

Inmediatamente después, Hauche tomó la pelota sobre el costado izquierdo, tiró un caño, levantó la cabeza y metió un terrible derechazo con destino de ángulo que Bossio sólo atinó a contemplar. Golazo por donde se lo mire.

Lanús ya se había ido del partido y Hauche se floreaba en base a su velocidad y sus enganches. El palo le negó la sentencia del partido al Bicho en esos primeros 45 minutos y un par de intervenciones de Bossio mantuvieron la esperanza en el Grana.

Ya en el complemento, los de Cabrero fueron por el descuento. Pero chocaron con su propia impericia para definir, sobre todo por el lado de Biglieri, y con un Torrico, quien en está gélida noche porteña se mostró sólido.

Así, a Argentinos le quedó la sentencia del partido. Otra vez fue Pereira, quien empujó un centro del ingresado Viotti y metió su gol número 11 de la temporada. Luego, quedó tiempo para que Delorte se pierda un gol insólito (dejó en el camino a Bossio y, cómodo, la tiró afuera) y para que toda La Paternal se ilusione con hacer de su pequeña fortaleza un alcázar continental.