Velez 1 Boca 1
Boca y Vélez lucharon, sin claridad pero con ganas, en un intenso partido jugado en Liniers. Pero empataron 1-1. Y no fue negocio para nadie. La formación alternativa de Carlos Ischia buscó y generó más, pero se encontró en desventaja gracias a una perla individual de Damián Escudero. Y después, pese a su escaso nivel, tuvo innumerables chances de igualar merced al mezquino planteo de Hugo Tocalli, empeñado en defender un resultado que ni siquiera había logrado por méritos colectivos. El miedo se paga caro, y el ingresado Lucas Viatri hizo algo de justicia.
En el primer tiempo, el muletto conjunto xeneize dominó el pleito y estiuvo muy cerca de desnivelar en la porción inicial y luego, cuando se desenchufó y perdió el balón, fue el Fortín el que no logró generar peligro merced a su propia ineficiencia colectiva.
En su momento más favorable, la visita hizo lo que quiso a partir de los tres cuartos de cancha. Encontró espacios por doquier: Leandro Coronel no conseguía cortar juego, Pablo Ledesma se hacía un festín a espaldas de Víctor Zapata, se asociaba con Leandro Gracián (ovacionado por los locales) y su conexión invitaba a subir también a Alvaro González y Fabián Vargas.
La falta de puntería recayó sobre todo en Mauro Boselli, el primero en darle trabajo a Germán Montoya. Después fue el turno de Vargas, con un tiro bajo que se fue cerca, y de Pablo Mouche, con un disparo a los guantes del uno velezano. Después, Boselli tuvo otras dos: un cabezazo bombeado y desviado y un tiro que rozó el palo. Y González perdió un mano a mano con Montoya. Todo era azul y amarillo, mientras que Vélez sólo intentó con un tiro de Leonel Ríos que controló Pablo Migliore.
Pero si bien Boca atacaba, quedaba claro que no estaba armado atrás. Que los de Tocalli no lo aprovecharan pasaba por otro lado. Hasta que los de La Ribera perdieron ritmo y permitieron que el Fortín se arrime, desordenado, sin conductor (Escudero desaparecía más que lo que aparecía), pero con voluntad, el tiro de media distancia y la pelota parada como armas. Migliore ahogó un disparo de Jonathan Cristaldo, un tiro libre de Pablo Lima y un intento del Pichi, mientras que Waldo Ponce envió alto un peligroso tiro libre.
La segunda parte arrancó con un Boca más volcado a desnivelar, aunque cada vez más desdibujado en los pies del Tano Gracián y compañía. Pero a los nueve, Escudero encaró por el medio, pasó entre dos, se volcó a la izquierda y definió con un sablazo alto que le reventó la red a Migliore.
El tanto radicalizó posturas en los dos bancos: Ischia metió a Neri Cardozo y Ricardo Noir para quemar las naves, mientras que Tocalli, asustado, mandó al campo de juego a Sergio Sena en lugar del delantero Andrés Guzmán. El resultado, era de esperar, fue ver a Vélez totalmente metido en su campo cuando aún faltaban más de 25 minutos.
Juan Forlín tuvo la más clara: un cabezazo que pegó en el travesaño y, en el rebote, otro que sacó en la línea Lima. Cardozo se lo perdió en un avance por derecha que derivó en un tiro alto. Y otro ingresado, Facundo Coria, desperdició la chance de liquidarlo con un mano a mano que definió por arriba.
Hasta que, a los 40, Noir envió el córner pasado desde la izquierda y Viatri cabeceó bombeado. Gastón Díaz la quiso sacar de cabeza, pero no pudo. Demasiado tarde como para asistir a algo más, Boca encontraba el premio a su esfuerzo. Más allá de que el premio en sí, seguir prendido en la lucha por el Clausura, no haya sido para ninguno.
En el primer tiempo, el muletto conjunto xeneize dominó el pleito y estiuvo muy cerca de desnivelar en la porción inicial y luego, cuando se desenchufó y perdió el balón, fue el Fortín el que no logró generar peligro merced a su propia ineficiencia colectiva.
En su momento más favorable, la visita hizo lo que quiso a partir de los tres cuartos de cancha. Encontró espacios por doquier: Leandro Coronel no conseguía cortar juego, Pablo Ledesma se hacía un festín a espaldas de Víctor Zapata, se asociaba con Leandro Gracián (ovacionado por los locales) y su conexión invitaba a subir también a Alvaro González y Fabián Vargas.
La falta de puntería recayó sobre todo en Mauro Boselli, el primero en darle trabajo a Germán Montoya. Después fue el turno de Vargas, con un tiro bajo que se fue cerca, y de Pablo Mouche, con un disparo a los guantes del uno velezano. Después, Boselli tuvo otras dos: un cabezazo bombeado y desviado y un tiro que rozó el palo. Y González perdió un mano a mano con Montoya. Todo era azul y amarillo, mientras que Vélez sólo intentó con un tiro de Leonel Ríos que controló Pablo Migliore.
Pero si bien Boca atacaba, quedaba claro que no estaba armado atrás. Que los de Tocalli no lo aprovecharan pasaba por otro lado. Hasta que los de La Ribera perdieron ritmo y permitieron que el Fortín se arrime, desordenado, sin conductor (Escudero desaparecía más que lo que aparecía), pero con voluntad, el tiro de media distancia y la pelota parada como armas. Migliore ahogó un disparo de Jonathan Cristaldo, un tiro libre de Pablo Lima y un intento del Pichi, mientras que Waldo Ponce envió alto un peligroso tiro libre.
La segunda parte arrancó con un Boca más volcado a desnivelar, aunque cada vez más desdibujado en los pies del Tano Gracián y compañía. Pero a los nueve, Escudero encaró por el medio, pasó entre dos, se volcó a la izquierda y definió con un sablazo alto que le reventó la red a Migliore.
El tanto radicalizó posturas en los dos bancos: Ischia metió a Neri Cardozo y Ricardo Noir para quemar las naves, mientras que Tocalli, asustado, mandó al campo de juego a Sergio Sena en lugar del delantero Andrés Guzmán. El resultado, era de esperar, fue ver a Vélez totalmente metido en su campo cuando aún faltaban más de 25 minutos.
Juan Forlín tuvo la más clara: un cabezazo que pegó en el travesaño y, en el rebote, otro que sacó en la línea Lima. Cardozo se lo perdió en un avance por derecha que derivó en un tiro alto. Y otro ingresado, Facundo Coria, desperdició la chance de liquidarlo con un mano a mano que definió por arriba.
Hasta que, a los 40, Noir envió el córner pasado desde la izquierda y Viatri cabeceó bombeado. Gastón Díaz la quiso sacar de cabeza, pero no pudo. Demasiado tarde como para asistir a algo más, Boca encontraba el premio a su esfuerzo. Más allá de que el premio en sí, seguir prendido en la lucha por el Clausura, no haya sido para ninguno.
Fuente:www.tycsports.com
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