Colon 1 Huracan 0
Un gran encuentro, plagado de peligro y con una emoción postrera que llevó a Santa Fe una buena cuota de justicia, protagonizaron Colón y Huracán. El 1-0 a favor de los del Turco Mohamed, que vivió un partido especial contra el club que más lo identifica, los llena de aires de esperanza en su lucha por eludir los puestos de Promoción.
En la porción inicial, el dominio fue del local, amparado sobre todo en los remates desde afuera del área y en los avances en velocidad, aunque la visita no se quedó atrás y también tuvo un pasaje favorable.
Darío Gandín irrumpió dos veces por derecha: en una, Marcelo Barovero logró desviar su remate, y en la otra lo tiró afuera. En la más clara, Germán Rivarola reventó el travesaño tras recibir por izquierda. Rodrigo Díaz también aportó lo suyo: probó desde afuera con un disparo alto, antes de abandonar el juego lesionado.
Después, la labor del mediocampo del Globo mejoró. Y no tardó en generar situaciones: Franco Mendoza, con una pelota que salvó Diego Chitzoff en la línea, y Alan Sánchez, con un disparo desde la medialuna que despejó Sebastián Blázquez, hicieron temblar al Sabalero, que bien sabe lo que es padecer en su propia red los goles perdidos en la ajena. Sobre el final, Sebastián Romero sorprendió con una rápida ofensiva y la pelota se fue alto, Darío Gandín la empaló para que Barovero la saque por arriba y César González disparó desde lejos y sin puntería.
La segunda mitad no tuvo tanto vértigo, aunque contaría con la frutilla del postre. Barovero tuvo que seguir trabajando, frente a un preciso cabezazo de Pablo Aguilar y un mano a mano de Pirulo Rivarola, sin contar el remate de media distancia que Alejandro Capurro le pegó en su palo derecho. Huracán sólo atinó a reaccionar con un tiro desviado de Walter Coyette desde la izquierda.
Pocos habrán imaginado que la historia podría cambiar en los cuatro minutos de descuento que adicionó Pablo Lunati. Pero a los 47, Rivarola ejecutó un tiro libre desde la izquierda, la peinó Gandín y Rubén Ramírez, en posición dudosa, remató al gol en soledad por el segundo palo y en las narices del arquero.
Los Sabaleros estallaron en festejos. No era para menos: encontraban valiosos porotos que ya creían perdidos y que sirven para superar en el promedio a Racing. Del lado de los de Claudio Ubeda todo era desolación: se les escapaba un empate que no habían merecido, y sumaban su séptima fecha sin sonrisas.
Fuente:www.tycsports.com
Futbol de PrimeraEn la porción inicial, el dominio fue del local, amparado sobre todo en los remates desde afuera del área y en los avances en velocidad, aunque la visita no se quedó atrás y también tuvo un pasaje favorable.
Darío Gandín irrumpió dos veces por derecha: en una, Marcelo Barovero logró desviar su remate, y en la otra lo tiró afuera. En la más clara, Germán Rivarola reventó el travesaño tras recibir por izquierda. Rodrigo Díaz también aportó lo suyo: probó desde afuera con un disparo alto, antes de abandonar el juego lesionado.
Después, la labor del mediocampo del Globo mejoró. Y no tardó en generar situaciones: Franco Mendoza, con una pelota que salvó Diego Chitzoff en la línea, y Alan Sánchez, con un disparo desde la medialuna que despejó Sebastián Blázquez, hicieron temblar al Sabalero, que bien sabe lo que es padecer en su propia red los goles perdidos en la ajena. Sobre el final, Sebastián Romero sorprendió con una rápida ofensiva y la pelota se fue alto, Darío Gandín la empaló para que Barovero la saque por arriba y César González disparó desde lejos y sin puntería.
La segunda mitad no tuvo tanto vértigo, aunque contaría con la frutilla del postre. Barovero tuvo que seguir trabajando, frente a un preciso cabezazo de Pablo Aguilar y un mano a mano de Pirulo Rivarola, sin contar el remate de media distancia que Alejandro Capurro le pegó en su palo derecho. Huracán sólo atinó a reaccionar con un tiro desviado de Walter Coyette desde la izquierda.
Pocos habrán imaginado que la historia podría cambiar en los cuatro minutos de descuento que adicionó Pablo Lunati. Pero a los 47, Rivarola ejecutó un tiro libre desde la izquierda, la peinó Gandín y Rubén Ramírez, en posición dudosa, remató al gol en soledad por el segundo palo y en las narices del arquero.
Los Sabaleros estallaron en festejos. No era para menos: encontraban valiosos porotos que ya creían perdidos y que sirven para superar en el promedio a Racing. Del lado de los de Claudio Ubeda todo era desolación: se les escapaba un empate que no habían merecido, y sumaban su séptima fecha sin sonrisas.
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